El legado cálido y humano del papa Francisco frente a la Inteligencia Artificial
El lunes 21 de abril de 2025, el mundo despidió a Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, a sus 88 años. Pero más allá de su figura como líder de la Iglesia Católica, su voz resonó con fuerza en uno de los debates más complejos de nuestro tiempo: el avance vertiginoso de la inteligencia artificial y sus implicancias éticas.
En junio de 2024, en la cumbre del G7 celebrada en Italia, Francisco fue el único líder religioso invitado a hablar ante los presidentes del mundo. Allí dejó una frase que ya forma parte de la historia: “Ningún algoritmo puede decidir sobre la vida o la muerte de un ser humano”, en referencia al uso de la IA en operaciones militares y armamento autónomo.
Ese mensaje no fue aislado. Desde el Vaticano, Francisco promovió espacios de diálogo interdisciplinario entre científicos, filósofos, líderes políticos y religiosos, que dieron origen al Rome Call for AI Ethics, una propuesta para guiar el desarrollo de la inteligencia artificial bajo principios de dignidad humana, justicia, transparencia y bien común.
Durante la Jornada Mundial de la Paz 2024, Francisco volvió a alzar su voz: “Cuando la tecnología avanza más rápido que la ética, el ser humano corre el riesgo de convertirse en un simple engranaje del sistema”, alertó, preocupado por la concentración de poder digital y lo que llamó un nuevo “colonialismo tecnológico”.
Incluso en lo cotidiano supo advertir sobre los riesgos. Cuando en 2023 se viralizó una imagen suya generada por IA —vistiendo un abrigo blanco de diseñador—, aprovechó el hecho para recordar que vivimos tiempos donde la percepción puede ser manipulada con facilidad, y llamó a fortalecer la educación digital y la conciencia ética.
Su última encíclica, Dilexit nos, publicada en octubre de 2024, fue una invitación a “volver al corazón” como forma de resistir la deshumanización algorítmica.
Desde la Fundación Sociedades Digitales promovemos el uso justo, humano y soberano de la tecnología, y por eso recordamos sus palabras como faro ético en un mundo cada vez más automatizado. Su legado, profundo y sensible, nos invita a construir una inteligencia verdaderamente colectiva, donde la técnica esté siempre al servicio de la humanidad.
Crédito de la foto: GETTY IMAGES / BBC
